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Gobierno yo y ya lo vamos viendo


Nada tiene que ver la ideología, o no debería, con el reconocimiento hacia el adversario político. Al César lo que es del César y a Alberto también. Esta estrategia, que uno se imagina informal en sintonía con la hilaridad implícita, del "a ver, Pedro, tú me dejas gobernar dos añitos, que se pasan volandiño, y después ya lo vamos viendo" no está al alcance de cualquiera. El mérito no es sobrevenido, sino que viene a consolidar las expectativas que se cernían sobre la ronda de contactos del candidato a Moncloa del PP.


Solo pensar en lo que queda aún de sainete las manos se frotan solas. El presidente Sánchez, a quien también hay que admitir el temple para no haber roto en una instintiva carcajada, ya le ha dicho que nones. Una negativa más que previsible, aunque no tanto para que Iturgaiz (que todavía sigue por ahí) se lamente del portazo y de que Sánchez, según él, solo ajunte a los independentistas.


Se supone que incluye a Puigdemont, a su pelazo y a los suyos de Junts. Esos que, si es el PSOE quien se reúne, lo hace con forajidos y gente fuera de la ley constitucional, pero que si es Feijóo se convierten en constitucionalistas fetén y gente de bien en un instante. Ni el Mago Pop llega a tanto.

Igual se puede hacer más el ridículo, tiempo hay en este largo mes que la presidenta del Congreso, que ya hay que ser cruel, ha concedido a Feijóo para que lleve su barraca por distintos despachos, pero es un reto de altura

Entre horas, otro de los episodios ha sido llamar al transfuguismo en las filas socialistas, un reclamo que, sin duda, dignifica y honra el sistema democrático. Igual se puede hacer más el ridículo, tiempo hay en este largo mes que la presidenta del Congreso, que ya hay que ser cruel, ha concedido a Feijóo para que lleve su barraca por distintos despachos, pero es un reto de altura. Le van a cerrar más puertas que a los mormones, pero, al menos, se entretiene y, por qué no decirlo, con estas funciones también la ciudadanía.


No ocurrirá lo mismo en ese pueblo de Cáceres en el que el equipo municipal PP-VOX, el tándem que regiría los destinos del país esos dos añitos que suplica don Alberto, han prohibido una función teatral que abordaba la violencia de género con la justificación de que no era apta para menores.


Ah, bueno, entonces no se hable más ¿Y con estos bueyes, y que me perdonen los animales, quiere usted, señor candidato, arar el futuro de este país? Ni dos años, ni dos minutos mientras las urnas no digan lo contrario.

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